¿Es rentable tener un seguro de decesos?

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Para nuestros mayores es impensable no tener un seguro de decesos o defunción; la inmensa mayoría cuentan con él. Muchos incluso llevan toda su vida pagándolo. Pero las personas más jóvenes no son tan dadas a contratar este tipo de seguros que se hacen cargo de los costosos gastos generados por un sepelio. ¿De verdad es rentable tener un seguro de decesos?

Morirse es caro. Todo el mundo que haya sufrido algún fallecimiento de cerca lo sabe. Hay que hacer frente a un montón de pagos obligatorios. Además, al dolor que causa la muerte de un ser próximo, se une el gasto inesperado. Y no solo eso, también hay que resolver engorrosas gestiones prácticas o administrativas que no siempre se sabe cómo y dónde llevar a cabo… ¡Y justo en esos momentos en los que uno no está para nada!

¿Qué es el seguro de decesos?

El seguro de decesos, de entierro o de defunción es una póliza que corre con los gastos asociados a la muerte y que facilita los trámites añadidos. En general, este seguro cubre el ataúd, el coche para el traslado, el acondicionamiento del cadáver, el pago del tanatorio, los costes de enterrar o incinerar al fallecido, las esquelas, las flores, los recordatorios y hasta las misas si así se desea. Todo esto cuesta bastante. Y en esas circunstancias no solo no es posible comparar precios, sino que puede que los allegados ignoren siquiera a quién deben llamar.

Además, hay otras coberturas de las que suelen encargarse los seguros de decesos y que resultan muy útiles: la comunicación al registro civil, las partidas de defunción, la baja en la Seguridad Social… Tal vez no se ocupen de todos los trámites, pero al menos nos asesorarán en cuanto a lo necesario.

Un detalle con los herederos

Todos sabemos que vamos a morir. La muerte forma parte de nuestra existencia, así que, igual que corremos con nuestros pagos personales, deberíamos hacernos cargo de este gasto y no dejar el cargo a los herederos.

Estos seguros de decesos tienen un coste más elevado en función de la edad, hay que estar sano para contratarlos y se pagan anualmente. Cubren un capital determinado, entre los dos mil y los cuatro mil euros, según compañía y servicios reflejados en la póliza, como repatriación, lápida, nicho, etc.

Ojo con la esperanza de vida

Hay personas que llevan tantos años pagando el seguro de decesos que podrían haberse costeado ya cuatro o cinco entierros por todo lo alto. La esperanza de vida al nacimiento se encuentra por encima de los 83 años en España: 80,3 para los hombres y 85,8 para las mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística, y para 2040 se prevé que nuestro país sea el primero del mundo en longevidad.

Quizá por eso no es una buena idea contratar un seguro de decesos o, mejor dicho, no es buena idea contratar solo un seguro de decesos.

Que los herederos puedan hacer frente a esos gastos inesperados del sepelio está muy bien, pero no sirve de mucho. Se calcula que cuando muere un proveedor de ingresos en la familia, el resto de los miembros de la unidad familiar tarda unos cinco años en recuperar su situación económica anterior, en el mejor de los casos.

No es raro que haya que abandonar la vivienda por no poder hacer frente al pago de la hipoteca, que sea preciso renunciar a un negocio por falta de atención y nuevas inversiones, que los hijos no puedan ir a la universidad…

La muerte de un familiar supone no solo pagar su entierro, sino hacer frente a sus deudas si las hubiere, liquidar los impuestos vinculados a la herencia, como puede ser la vivienda que se compartía y que ahora, al pasar a ser propiedad de uno solo, este debe pagar bastante dinero a Hacienda por incrementar su patrimonio.

Seguro de decesos vs. seguro de vida

A diferencia del seguro de decesos, el seguro de vida permite respaldar económicamente a la familia pase lo que pase. Dependiendo del capital contratado, una seguro de vida temporal sirve para entregar a los herederos del fallecido por cualquier causa una gran cantidad de dinero que es inembargable, esto es, que se cobrará aunque el fallecido tuviera deudas. En algunas compañías de seguros, este capital puede ser del doble que teníamos contratado si la muerte se produce por accidente o incluso del triple si ese accidente es de circulación.

Estas son algunas de las diferencias entre un seguro de vida y un seguro de decesos:

  • El seguro de vida cubre también los gastos de fallecimiento.
  • El seguro de vida no es mucho más caro que un seguro de decesos y puede ofrecer muchísimo más.
  • El seguro de vida no solo sirve a los herederos: si se contrata la invalidez, también pagará al asegurado en caso de un accidente o una incapacidad por enfermedad grave.
  • El seguro de vida garantiza al tomador que las personas que más quiere podrán seguir adelante aunque él falte.
  • El seguro de vida tiene otros servicios opcionales, como anticipo del capital para pagar impuestos, asistencia médica telefónica, segunda opinión médica, revisiones de salud, etc.

Nuestra conclusión es que los seguros de decesos no tienen comparación en cuanto a prestaciones con los seguros de vida, aunque resulten algo más baratos. Se trata de otro producto, con muchas limitaciones frente a un seguro de vida.

Por otra parte, el precio de un seguro de vida varía en función del capital que queramos contratar y puede ajustarse para que la anualidad que se pague no resulte costosa (también se puede fraccionar el pago). A cambio, sus prestaciones para la familia o para uno mismo en caso de invalidez son muy elevadas.

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2 comentarios

  1. Mi duda es, ¿hasta cuando tiene vigencia un seguro de decesos y hasta cuando un seguro de vida?

  2. Los dos seguros tienen vigencia mientras se paguen, pero a demás de ello, el seguro de vida suele ser hasta los 70 años y el seguro de decesos hasta el fallecimiento del asegurado.

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